Todos los equipos de grabación que utilizamos hoy en día tienen características propias y perfiles distintos los cuales, como es obvio, repercuten directamente sobre el acabado de las tomas que obtenemos en nuestros proyectos. Intervienen multitud de factores; desde el formato y tamaño del sensor hasta los ajustes preestablecidos que puedan estar operando, o el Codec de compresión que utilice el equipo de manera nativa. El resultado en definitiva supone que, dependiendo del equipo que estemos usando y de cual va a ser el acabado final que queremos ofrecer en nuestro proyecto, cualquier edición de video que se precie, siempre lleva una corrección de color durante el proceso de postproducción, por ligera o sutil que esta sea.
La corrección de color puede estar centrada en aspectos de luminosidad (ajustando sencillamente las altas luces, los medios tonos y la sombras) o puede ser que afecte a todo el espectro de color porque, sencillamente, queramos ofrecer un tono más cálido en nuestros planos. Una vez escuché que este proceso que comúnmente llamamos corrección de color o etalonaje es uno de los pocos procesos que siguen siendo “artesanales”. Evidentemente nos servimos de un montón de herramientas para «afinar» lo máximo posible el retoque, y debemos contar con un monitor que ofrezca una señal lo más fiel posible (que esté calibrado), y también hay ciertos estándares de difusión que hay que cumplir dependiendo del medio en el que vaya a ser emitido, pero lo cierto es que la corrección de color depende mucho, mucho del “ojo” del editor y del mensaje que quiere transmitir en cada proyecto.
Uno de los mayores restos a los que nos enfrentamos en este terreno es al igualar las diferencias cromáticas entre los planos grabados por distintas cámaras en distintos escenarios.
Aquí os dejo un ejemplo de gradación de color entre una GoPro Black Edition 4, cuyo formato de grabación nativo es muy comprimido (lo cual dificulta y limita notablemente las posibilidades de trabajo; H264) y un plano grabado con la recién salida del horno Lumix GH5, que trabaja en un codec de compresión mucho más versátil y cómodo para esta labor.
GoPro 4 Black Edition Sin Corrección. En esta toma se usó un perfil de grabación plano para favorecer, durante el proceso de retoque, las posibilidades de corrección.
GoPro 4 Black Edition retocado. Si os fijáis en la parte inferior izquerda de ambas imágenes, la señal es mucho más “estrecha” en el plano superior, donde todavía no se ha efectuado ningún ajuste. En cambio, en el plano retocado, esa misma señal está más repartida en el visor de onda.
Lumix GH5 Sin Corrección
Lumix GH5 corregido. En este plano se ha ajustado ligeramente la luminosidad de la escena y se ha incrementado la saturación, con el fin de hacer los colores más vivos.
Todo esto no es más que una ligerísima presentación sobre un apartado dentro del mundo audiovisual que es de por sí una profesión que requiere mucha formación y especialización, pero por algún sitio hay que empezar.
Puedes encontrar mucha información sobre programas, plugins y tutoriales en la red. Aquí dejo algunos enlaces de interés relacionados con el tema.
www.blackmagicdesign.com/es/products/davinciresolve